miércoles, 27 de abril de 2016

Bibliografía

lunes, 25 de abril de 2016

25 de abril Día Mundial Contra la Malaria

Es responsabilidad de todos ayudar a prevenir esta enfermedad, eliminando posibles criaderos de msoquitos, tapando los depósitos de agua y sobretodo informando a toda la comunidad sobre esta enfermedad que se ha vuelto tan popular en nuestro país.



Contra Sida, Malaria y Tuberculosis

lunes, 11 de abril de 2016

La vacuna universal para erradicar la malaria está a punto de ver la luz

Los investigadores han establecido que un cóctel de proteínas AMA-1 impide que la malaria caiga en los glóbulos rojos de la sangre.



Un equipo de investigadores estadounidenses está a punto de desarrollar una vacuna universal contra la malaria, la cual podría ayudar a erradicar esta pandémica enfermedad. Han establecido que un cóctel de proteínas AMA-1 (Antígeno Apical de Membrana), que impide que el plasmodio de la malaria caiga en los glóbulos rojos de la sangre, ayuda a reducir el riesgo de contraer la enfermedad, según informa la revista científica 'Plos Pathogens'.
"Una vacuna basada en un cóctel de diferentes formas del AMA-1 ayudará a crear un medio más eficaz contra la malaria", han indicado los autores del estudio.

Un paso más para la erradicación de la malaria

sábado, 9 de abril de 2016

miércoles, 6 de abril de 2016

Día Mundial contra la Malaria o Paludismo

En mayo de 2007, la Asamblea Mundial de la Salud decidió conmemorar el 25 de abril Día Mundial del Paludismo.

Día Mundial del Paludismo: Invierte en el futuro. Vence al paludismo


El Día Mundial del Paludismo (25 de abril) fue instituido por los Estados Miembros de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en la Asamblea de la Salud de 2007 y es una ocasión para poner de relieve la necesidad de invertir continuamente en la prevención y el control de la enfermedad y en mantener el compromiso político con este objetivo. El lema para 2014 y los años venideros es: Invierte en el futuro. Vence al paludismo. Se estima que los esfuerzos mundiales por controlar y eliminar el paludismo han salvado 3,3 millones de vidas desde el año 2000, al reducirse las tasas de mortalidad en un 42% en todo el mundo y un 49% en África.



Historia de la Malaria en Venezuela

En Venezuela, durante el período 1996 - 2005, fueron diagnosticados 301.311 casos de malaria, con una fórmula parasitaria de 84,22% a Plasmodium vivax, 15,21% a Plasmodium falciparum, 0,45% de Infecciones mixtas y 0,12% a Plasmodium malariae. El género masculino fue el más afectado con 188.163 (62,45%) de los casos y el grupo de 15 a 64 años o población económicamente activa fue el de mayor incidencia con 204.157 (67,75%) casos, mientras que los menores de 15 años presentaron 30% de las infecciones. Los estados con mayor incidencia en el decenio fueron: Bolívar, Sucre, Amazonas y Delta Amacuro.


martes, 5 de abril de 2016

Cura contra la malaria con implante subcutáneo

Médico venezolano lucha contra la malaria y los mosquitos con un implante subcutáneo



Carlos Chaccour, médico venezolano, coordinador de Malaria Mission, cuenta que la idea comenzó a madurar en sus viajes a zonas afectadas por la malaria de Colombia, Venezuela y Brasil que bordean Amazonas.

El implante contiene Ivermectina, un medicamento “seguro y muy utilizado” en el trópico para controlar diversas enfermedades parasitarias, que se libera de forma prolongada en el portador y hace que los mosquitos mueran al picarle. El objetivo es matar a los mosquitos anofeles transmisores del parásito que causa la malaria.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 200 millones de personas enferman de malaria cada año y mueren por la misma causa cerca de 700.000.

Minería del oro en Venezuela resucita la malaria

Resuscita la malaria y duplica la deforestación de bosques primarios


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Gisela Pérez (extraído de Mongabay)

En Venezuela se unen dos excepciones trágicas: es el único país amazónico que ha aumentado su tasa de deforestación en los últimos cinco años, y donde además han aumentado los casos de paludismo en el continente, junto a Haití y República Dominicana, según datos de la Organización Panamericana de Salud. El punto común entre ambas estadísticas en rojo es la explotación ilegal del oro en el sur del territorio, con la duplicación de la pérdida de bosques entre 2010 y 2013, mientras más de 122.000 casos de malaria se reportaron en todo el país para noviembre de 2015.

En 1958, el médico y científico venezolano Arnoldo Gabaldón logró la erradicación del paludismo en mediante el uso del DDT como insecticida junto a un plan de saneamiento y abordaje que incluía una manual de vestimenta, comportamiento y prácticas para todos los empleados del Departamento de Malariología—desde la secretaria hasta el fumigador. En un pasado, en Venezuela se dictaban cursos internacionales de malaria que formaron a miles de médicos e investigadores de decenas de países.

Uno de los discípulos de Gabaldón, el investigador Jorge Ernesto Moreno, recientemente documentó la relación entre la abundancia del vector de la malaria, el mosquito Anopheles y su picada, con la incidencia de malaria en poblaciones mineras de la Guyana venezolana (2007), así como la evolución de la malaria entre 1980 y 2013 en el municipio Sifontes del estado Bolívar (2015), el cual concentra el 55 % de los nuevos casos de paludismo cada año.

Estas comunidades al sur de Venezuela tienen la particularidad del color amarillento-naranja de su tierra, que impregna las botas de los mineros y el piso del hospital José Gregorio Hernández, donde se entregan los medicamentos antimaláricos. El color revela la altísima concentración mineral del suelo. Tanto, que para 2003 se calculaba que habría entre 10 y 15 millones de onzas de oro en el subsuelo. A nivel local, se acostumbra conservar la tierra que se acumula al barrer las casas para ver si se obtiene algo de oro al pasarlo por un tamiz.

Oro que enferma

El Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de Venezuela de Septiembre de 2015 registra 105.757 casos de malaria en todo el país. Félix Oletta, exministro de Salud y director de la ONG Red Defendamos La Epidemiología revela que pocas semanas después ya se contabilizaban más de 122.000 casos. El experto señala la falta de vigilancia, seguimiento y control epidemiológico como las causas del repunte de una enfermedad que se encontraba desaparecida de Venezuela, un país donde tampoco existe suficiente información de salud pública.

Cuando la investigadora Ana Gisela Pérez pisó la empresa minera canadiense Crystallex en 2006, en Las Claritas, se impresionó por las instalaciones. “Había dos pistas de aterrizaje, una medicatura, hotel para los profesionales, lavandería, gimnasio, restaurante, laboratorio clínico, entomológico y de investigación, barracas para los mineros con duchas colectivas. Se cuidaba el descanso, salud y alimentación de los empleados, pero también su esparcimiento”, explica la docente investigadora del Instituto de Altos Estudios Dr. Arnoldo Gabaldón (IAE), especialista en Epidemiología de Enfermedades Metaxénicas y Saneamiento Ambiental. “Si alguien se sentía mal era atendido inmediatamente”.

Pero ese mismo año, la empresa canadiense se retiró de forma forzosa debido a la decisión del gobierno de Venezuela de otorgar las licencias de explotación a dos empresas rusas. El cambio que se observa es drástico desde el nuevo control estatal. Si alguien tiene el dinero, “compra” una mina, que no es más que cualquier espacio en medio de la selva. Luego la deforesta, y con unas bombas hidráulicas, trae agua del río para abrir fosas con mangueras que disparan a fuerte presión. Comúnmente es el “pran”—un reo que comanda una mafia carcelaria—quien financia la actividad minera. Los mineros arman unas chozas hechas con bolsas plásticas y ramas que sirven de refugio. Algunos tienen hamacas con mosquiteros impregnados de un insecticida no nocivo para el ambiente ni los seres humanos.

A los pocos días o semanas, se abre una nueva mina y la anterior termina como una laguna artificial, donde el mosquito Anopheles obtiene un nuevo criadero para sus larvas. La cercanía entre los focos de infección y los mineros eleva la tasa de contacto, una de las causas de las altísimas cantidades de nuevos casos reportados cada semana que implican un crecimiento de 50 % desde el 2014.

Puntos calientes de infección

La investigadora en Ecología de Infecciones por Insectos Vectores de la Universidad Central de Venezuela, María Eugenia Grillet, prepara un artículo en el cual se demuestra la relación significativa entre la minería, la deforestación y la malaria. Su estudio permitió modelar los casos de malaria en función de la deforestación por minería con los datos obtenidos en 112 localidades del municipio Sifontes, que reporta el 55 % de casos de malaria de Venezuela.

“Hemos encontrado que la transmisión de la malaria es espacialmente heterogénea e hiperfocalizada en entre 14 y 20 localidades de las 112 estudiadas; justo las más cercanas a la mina de Las Claritas que más han perdido su capa vegetal producto de la explotación minera”, explica Grillet en su oficina en Caracas.

Ella coincide con el término usado para referirse a la situación en Venezuela: una “tormenta perfecta” causada por el cambio de políticas mineras y de saneamiento ambiental, el conflicto entre mafias, guerrilleros y funcionarios militares, y una crisis económica que ha llevado incluso a una tráfico de medicamentos antimaláricos desde Brasil, por la crisis de acceso a medicamentos en Venezuela.

“Los mineros pueden pagar precios elevadísimos, lo que lo hace atractivo para quienes tienen acceso a los tratamientos o pueden comprarlos al otro lado de la frontera”, explica.

La diferencia entre el cambio oficial del dólar y la tasa del mercado negro podría multiplicar los precios hasta en un 10.000 por ciento.

Grillet explica el proceso que relaciona la minería ilegal –con motobombas y mercurio—con la alta incidencia de la malaria. “Luego de una primera picada de una hembra de los Anopheles darlingi o Anopheles marajoara para obtener su alimento y desarrollar sus huevos, puede transmitir el parásito si lo ha adquirido de un huésped humano infectado. Una vez que colonizan las lagunas artificiales para poner sus huevos, vuelven al ecotono—frontera entre la selva virgen y el espacio deforestado—a reposar. Durante su segundo ciclo reproductivo, que coincide con su segunda ingesta de sangre, su picada puede transmitir la enfermedad”, ejemplifica la profesora Grillet.

Para verificar la relación entre los nuevos criaderos producidos por la minería y la infección de malaria, su equipo de trabajo se concentró en los “puntos calientes” conformados por esferas de un kilómetro de diámetro alrededor de las poblaciones con más casos. Allí se estudió la tasa de deforestación de los últimos 20 años. Concluyeron que las localidades con mayor presencia minera y de pérdida de bosques en sus alrededores eran las mismas que poseían más casos de paludismo. La pérdida de capa vegetal provoca una mayor promoción de hábitats de mosquitos, aumentando así la tasa de contacto hombre-vector.

Oro verde venezolano

Entre los proyectos de la ONG Phynatura está la conservación de espacios naturales mediante la comercialización de productos del bosque. “Son técnicas de mejoramiento del conuco tradicional, con los que hemos realizado análisis de costo de oportunidad para competir con la minería”, explica Jiménez mientras critica la falta de institucionalidad para blindar las actividades sostenibles. “No hay promoción de mercado, incentivo fiscal, fortalecimiento de los emprendimientos ni capacidad de exportación”.
“Un indígena o campesino tala entre una y cinco hectáreas pero no puede usarlas por más de 15 años. Con nuestras técnicas, puedes crear un sistema que le des valor a esa zona, para que se parezca al bosque que quiera recuperar”.

Así, Phynatura logró firmas mecanismos de acuerdos de conservación en 156 mil hectáreas de bosque protegido para su explotación sostenible con Aripao, de afrodescendientes, y cuatro comunidades indígenas en La Colonial, Karana, El Cejal, Payaraima, constituidas por etnias Piapoco, Hibi y Sanemá.

Pérez también habla con esperanza pues se ha reanudado un programa de salud ambiental y un proyecto de lucha contra la malaria, conversatorios para médicos integrales comunitarios, y el regreso del Programa Intensivo de Formación sobre malaria para sensibilizar a los directores de salud de los estados más afectados por la malaria en el país.

Por su parte, Grillet espera el desarrollo final de una vacuna contra la malaria, mientras que al corto plazo vuelva un programa de vigilancia sanitaria sostenida, el control integrado de vectores y los rociamientos en centros poblados, como era la tradición de la antigua “escuela Gabaldón”. Junto a Jiménez y a Pérez, coincide en la necesidad de mejorar las políticas públicas con la participación de muchos sectores, incluyendo el comunitario. Sin embargo, Grillet explica, que el requisito fundamental es acabar con la minería ilegal mediante nuevas concesiones a empresas con experiencia—sin excluir la participación de cooperativas o pequeños mineros—bajo la tutela efectiva del estado y reglas claras para la explotación responsable.

domingo, 3 de abril de 2016

Malaria en Venezuela alcanzó cifra récord de casos en 2015


Desde 1936, cuando comenzaron a llevarse registros epidemiológicos, en Venezuela nunca se habían tenido tantos casos de malaria como en 2015: hasta el 17 de octubre se registraron 105.757 personas contagiadas, según información del Boletín Integral de Salud Ambiental, que elabora el Ministerio de Salud y que no es publicado desde el año pasado. En todo 2014 hubo 88.500 casos y en 2013 se reportaron 76.966.

En la semana epidemiológica 41 se contaron 2.039 nuevos casos autóctonos de malaria. La cifra acumulada para 2015 exhibe una situación de epidemia que si se compara con el quinquenio inmediato anterior representa un incremento de 110%.

“El riesgo es que se extienda a cualquier área en la que exista el vector –transmitida por el mosquito Anopheles–, que se traduce en más de 85% del territorio nacional, con excepción de las zonas de más de 800 metros de altura. En alguna época decían que Venezuela era un océano de malaria. Esa es la magnitud del problema”, advirtió el médico José Félix Oletta, vocero de la Red Defendamos la Epidemiología Nacional y ex ministro de Sanidad.

El foco de la enfermedad, que habitualmente estaba en el estado Bolívar, se ha ido diseminando. Bolívar concentra 79,82% de los casos notificados (84.418 casos), y en Amazonas hay 13,57% de contagiados; no obstante, Delta Amacuro, Monagas, Sucre, Apure, Zulia y Guárico también se encuentran en epidemia. Oletta indicó que según un estudio que hizo la Red para la semana epidemiológica 41 todas las entidades recibieron algún caso de malaria, originado en el estado Bolívar.



El problema, cree Oletta, está en la ineficiencia del Programa Nacional de Control de Malaria. “Para enfermedades endémicas se dedica menos de 1% del presupuesto de Ministerio de la Salud. Necesitamos una inversión de 20 millones de dólares anuales para tratar dengue, chikungunya y malaria”.
En 2014, aunque la población en riesgo de contagio por paludismo era de 800.000 personas, el ministerio admitió haber comprado solo 3.000 mosquiteros, una de las herramientas para la prevención de la enfermedad.
Un dato preocupante: de los 105.575 casos, la Red encontró que más de 10.000 son niños menores de 10 años. “Tenemos riesgos elevados de complicaciones y desarrollo de enfermedades más graves”, alerta Oletta.
Cifras
10.000 de los 105.575 casos que se han registrado en 2015 corresponden a niños menores de 10 años y 88.500 enfermos de malaria se reportaron en todo 2014.

Malaria - Salud Pública/Dr. Franklin Vela

Publicado el 24 nov. 2013

I Congreso Nacional "VIH, Malaria y Enfermedades Crónicas" Noviembre 2013 / Maracay / FEVESOCEM - IFMSA Venezuela

95% de los casos de Malaria en Venezuela se registran en el estado Bolívar

De acuerdo con el presidente de la Asociación Venezolana de Infectología, Napoleón Guevara, Venezuela es el único país que no ha podido disminuir el Paludismo en regiones latinoamericanas.“95% de los casos de malaria en el país se registran en el estado Bolívar debido al desarrollo de minería ilegal, lo cual las condiciones de vida son precarias”, explicó en Globovisión. 

Publicado el 7 ago. 2014.

Ciclo del parásito Plasmodium Vivax

El siguiente vídeo nos permite observar como la malaria o paludismo es causada por un parásito que se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos anofeles infectados. Después de la infección, los parásitos (llamados esporozoítos) viajan a través del torrente sanguíneo hasta el hígado, donde maduran y producen otra forma, llamada merozoítos. Los parásitos ingresan en el torrente sanguíneo e infectan a los glóbulos rojos. Luego los parásitos se multiplican dentro de los glóbulos rojos, los cuales se rompen al cabo de 48 a 72 horas, infectando más glóbulos rojos. Los primeros síntomas se presentan por lo general de 10 días a 4 semanas después de la infección, aunque pueden aparecer incluso a los 8 días o hasta 1 año después de esta. Los síntomas ocurren en ciclos de 48 a 72 horas. Nos muestra también su reproducción asexual.

viernes, 1 de abril de 2016

Plan de lucha contra vectores del 2010

Como pueden observar en este vídeo en el 2010 se propuso y plan de lucha contra vectores, pero en vista de la situación actual (2016) se puede llegar a la conclusión que tal plan fue solo un proyecto que NO se cumplió a cabalidad. Se invirtieron 21 millones de dólares y aún están presentes todas las patologías que en 2010 quisieron erradicar. Dengue, Mal de Chagas, Malaria. Incluso se le añadieron dos más Chikungunya y Zika para el período 2015-2016.


Incidencia malárica en el estado Zulia

El estado Zulia ocupó durante el año 2012, el quinto lugar y 0,26% de la incidencia malárica del país, con 134 casos. En los tres últimos años, la incidencia malárica en el estado ha evidenciado una reducción de 41,5%. Su índice epidémico fue de 78, lo cual significa una disminución de 22% de sus casos, comparados con la media tricentral del quinquenio anterior. Los menores de 15 años de edad reportan 38,7% de la frecuencia de la enfermedad. El grupo entre 15 y 64 años se vio afectado en 57,1% de los casos, y los mayores de 65 años tuvieron un porcentaje de infecciones igual a 4,2%. La distribución según género fue mayoritaria entre los hombres (61,6%). El municipio Machíques de Perijá, es el responsable de 92,5% de los casos, ubicándose los mismos en las localidades: Playa Bonita y Piscina de la parroquia Libertad.

Estado Zulia

Incidencia malárica en el estado Delta Amacuro

El estado Delta Amacuro luego de presentar en el año 2011, la cifra de 2.013 casos, la más alta en los
últimos doce años, registra en el 2012, el diagnóstico de 948 casos, 1.065 (52,9%) menos que el año anterior, ocupando el cuarto puesto de la incidencia de la enfermedad. Su Incidencia Parasitaria Anual en el período fue de 5,4 (cinco de cada mil habitantes padecieron de malaria). La tendencia Incidencia Parasitaria Anual indica que el estado presentó una reducción de 53% en este indicador y la incidencia de la enfermedad alcanzó un riesgo de enfermar de 47% respecto al año anterior. El Índice Epidémico del estado fue de 88%, indicando una reducción de 12% de la malaria esperada según los reportes del quinquenio 2007-2011.

Cuarenta y tres por ciento de las infecciones ocurrieron entre los menores de 15 años, el grupo etario entre 15 y 64 años presentó 54,4% de los casos y los mayores de 65 años reportaron 2,4%. El género masculino padeció 56,6% de los casos. El municipio Antonio Díaz con 807 diagnósticos (85,1%), ocupó el primer lugar de la casuística, seguido de los municipios Casacoima (85) y Pedernales (56). Sus parroquias; Curiapo, Almirante Brión, Juan Bautista Arismendi, Imataca, Pedernales, y las localidades Cerro Ariwini, Cerro Joteida, Los Manacales, y Pedernales, son los de mayor incidencia de la enfermedad.

Estado Delta Amacuro

Incidencia malárica en el estado Sucre

En el estado Sucre, durante el año 2012, fueron reportados 988 casos de malaria, 34 (3,3%) menos que el año anterior, ocupando el tercer lugar de la incidencia malárica de Venezuela. El canal endémico del paludismo en el estado Sucre, ubica la enfermedad en zona de “Seguridad”. La Incidencia Parasitaria Anual por malaria, fue de 1 por un mil habitantes. El análisis de la “tendencia Incidencia Parasitaria Anual” en el estado, señala un porcentaje de reducción de este indicador en 3%. Alternativamente se puede observar también que la “razón de riesgos” de enfermar por malaria en Sucre se situó en 97%, o sea, la incidencia malárica de 2012 alcanzó dicha proporción respecto al año anterior, sin embargo, el Índice Epidémico reportado fue de 132 lo cual representa un aumento de 32% de la malaria esperada según su comportamiento durante el quinquenio anterior.

En el estado Sucre, 68,7% (678) de los casos de malaria fueron diagnosticados en pacientes entre 15 y 64 años de edad. En menores de 15 años fueron reportados 272 (27,5%) casos y en mayores de 65 años 3,8% (38) casos. El género masculino fue el más afectado por la enfermedad durante el período, con 597 (60,4%) casos. Es importante mencionar que aunque el estado disminuyó 3% la casuística malárica respecto al año 2011, y de igual manera lo hicieron 4 municipios, en el 2012 aumentaron su producción otros cuatro municipios de gran historial malárico: Libertador, Arismendi, Sucre y Cajigal, éste último de alta receptividad y vulnerabilidad, lo cual pudiera en cualquier momento aumentar su incidencia.

Estado Sucre

Incidencia malárica en el estado Amazonas

En el estado Amazonas fueron diagnosticados 4.864 casos de malaria, 1.702 (53,8%) más que el año 2011. Su incidencia ocupa por décimo año consecutivo el segundo lugar en el país, aportando 9,5% de la casuística. El estado Amazonas, después de un reporte máximo de 10.720 casos en 2004, había venido registrando un descenso continuo de la incidencia malárica hasta 2010, cuando presentó 2.797 casos. En los dos últimos años sus diagnósticos han aumentado 73,9%.

La Incidencia Parasitaria Anual reportada señala que se infectaron de malaria 30 habitantes de cada un mil en el estado y su tendencia refiere un aumento de 54%. El Índice Epidémico reportado fue de 117, o sea, un aumento de 17% de la malaria esperada de acuerdo a los antecedentes de la enfermedad en el quinquenio precedente. Los menores de 15 años continúan aportando una altísima incidencia de la enfermedad (41,3%), diagnosticándose en el municipio Atures 32,7%, en Atabapo 40,7%, en Autana 46,9%, en Manapiare 51,1% y en Alto Orinoco 71,3%. El grupo etario entre 15 y 64 años representa 56,7% y en los mayores de 65 años fueron diagnosticados 2% de los casos. Los menores de 10 años aportan 27% de la incidencia en el estado, los varones registraron 25,2% de su grupo etario, mientras que las niñas registraron 29,2%. El municipio Atures fue en el año 2012, el de
mayor incidencia de la enfermedad, con 2.269 casos, lo cual representa 46,6% de los diagnósticos del estado y 4,4% del país. Aunque el municipio Alto Orinoco, se ubica quinto en la incidencia del estado, con sólo 366 casos.

Estado Amazonas

Incidencia malárica en el estado Bolívar

Durante el año 2012, según el origen de infección de los casos, correspondieron al estado Bolívar 44.180 casos de malaria originados en su territorio. Esta cifra, nuevo récord de incidencia de la enfermedad, ubica al estado en “epidemia” y por décimo año consecutivo en el primer lugar de la incidencia malárica, representando 86,2% de los casos del país y un aumento de 12,4% de la casuística respecto al año 2011. Su Incidencia Parasitaria Anual  aumentó 3 puntos respecto al año anterior y el Índice Epidémico refiere también un aumento de 27% respecto a la media tricentral del quinquenio anterior.

Los menores de 15 años representaron 14,1% de los casos de la enfermedad y los mayores de 65 años
produjeron 1,2%. El resto de la incidencia (84,7%) se presentó en personas entre los 15 y 64 años de edad. El grupo etario entre 15 y 29 años fue el de mayor incidencia de malaria con 43,1%. El género masculino es el de mayor número de casos, diagnosticándose con la enfermedad 31.014 personas (70,2%). En el grupo de 20 a 29 años, ambos géneros presentaron su más alta incidencia: los hombres con 29,9%, mientras que las mujeres 24,4%. El grupo entre 15 y 29 años (en hombres 44,1%, y en mujeres 36,8%), presentó una incidencia significativa.

Diez de los once municipios del estado Bolívar son productores de la enfermedad. El municipio Sifontes, con una población aproximada de 43.000 habitantes, aportó 31.396 casos de la enfermedad en el año 2012, permaneciendo 7 meses en el área de “epidemia” de la curva de casos, representando 71,1% de la frecuencia de la malaria en el estado y 61,2% de la incidencia nacional.




Incidencia malárica en Venezuela

Venezuela reportó en 2012, el más alto registró malárico de su historia con 51.264 casos, superando en 5.893 (12,6%), el anterior de 1990. Bolívar aumentó su incidencia a 44.180 casos (86,2% del país), con tres municipios en “epidemia” y dos en “alarma”. En Amazonas, la malaria aumentó y sigue presentándose mayoritariamente entre los menores de 15 años (41,3%), aportando este grupo; 39,8% de la incidencia a Plasmodium vivax, 50,8% de Plasmodium falciparum, 82,6% de Plasmodium malariae y 47,1% de infecciones mixtas. La epidemia en Benítez y el aumento de casos en cuatro municipios más en Sucre, lo convierten en estado de alto riesgo, dada su receptividad y vulnerabilidad.

El reto del programa "Hacer Retroceder el Paludismo" (RBM), propuesto por la Asamblea Mundial de la Salud, es disminuir para el año 2015, hasta 75% de los casos registrados en el año 2000. Según el reporte mundial de malaria 2012, cincuenta países de todo el mundo están en camino de reducir sus tasas de incidencia de casos de malaria, de acuerdo a los objetivos planteados, sin embargo, estos países sólo representan 3%, o 7 millones, de los casos de malaria que se estima ocurrieron en 2000. En el caso de Venezuela, el reto a cumplir, sería pasar de los 30.234 casos en 2000 a 7.559 casos en 2015. Sin embargo, para 2012, la malaria en el país aumentó con referencia al año 2000, en 74,65%. El estado Amazonas con 30,2 fue el de mayor Incidencia Parasitaria Anual, seguido de Bolívar (26,4), Delta Amacuro (5,4) y Sucre (1).

Los menores de 15 años representaron 17,8% de las infecciones maláricas en el país. El grupo económicamente activo (15 a 64 años), aportó 80,7% de los enfermos y los mayores de 65 años registraron 1,5% de los casos. En el grupo entre 10 y 19 años fueron diagnosticados 21,3% del total de casos, mientras que en el de 15 a 29 años 41,8%. El género masculino fue el más afectado por la enfermedad durante el período con 68,2% de los casos. Del total de diagnósticos en menores de 15 años, 56,2% afectó al género masculino. El grupo de mujeres entre 15 a 29 años aportó 36,8% de los casos en su género. La infección malárica fue diagnosticada en 12 estados, 57 municipios y 124 parroquias del territorio nacional.

La malaria no conoce fronteras

Foro

Primer registro de Anopheles en el estado Bolívar en 1940

Anopheles (Nyssorhynchus) nuneztovari, esta especie se encuentra distribuida en el occidente del país, al norte y al sur de la cordillera de Los Andes, desde la Sierra de Perijá en el estado Zulia en el punto más occidental, hasta el pie de monte andino al sur del Táchira y occidente de los llanos de Apure en la frontera con Colombia (Gabaldón 1981) y el punto más oriental el estado Cojedes.

El municipio Sifontes del estado Bolívar, en la frontera con Guyana y cercana a la frontera con Brasil es un área de alto riesgo de malaria, perteneciente a la categoría eco-epidemiológica de malaria de bosques bajos interiores.

Esta nueva ubicación para la especie en el sur-oriente venezolano se sale de su distribución geográfica conocida en Venezuela, hasta ahora confinada a una área restringida en el lado occidental del país, y tiene por lo tanto importantes implicaciones eco-epidemiológicas. En primer, lugar adiciona un elemento más a la complejidad epidemiológica de la región, pues conocida la elevada capacidad vectorial de la especie, es de esperar que tenga un impacto importante en la morbilidad malárica a corto plazo, pudiendo incluso desplazar a otras especies en el papel vectorial. En segundo lugar, se sabe que A. nuneztovari es una especie compuesta por tres citotipos morfológicamente indistinguibles: un citotipo A que representa la secuencia cromosómica amazónica, un citotipo B presente al norte de la cordillera de Los Andes en Venezuela y Colombia y un citotipo C restringido al occidente de Venezuela al sur de la misma cordillera.

Distribución geográfica de Anopheles nuneztovari en Venezuela.

Historia de la medicina en Venezuela

La historia de la medicina en Venezuela comenzó a escribirse temprano: el Dr. José María Vargas, en el año 1804, escribió "La memoria histórica de la medicina en Caracas". En las entregas iniciales el Dr. Vargas hace un recuento de la medicina de los egipcios, babilonios, etc. Considera luego el estado de la medicina en España antes y luego del descubrimiento, y continúa con la medicina aborigen precolombina.

Se ha debatido si el paludismo o malaria es autóctono de América o es una de las tantas enfermedades traídas por los europeos y los negros. Cuando la condesa de Chinchón fue curada de fiebres palúdicas en Perú, con el producto de la corteza de la quina, esta manera de curar la fiebre era conocida por los indios desde tiempo inmemorial. Por otra parte Gumilla refiere la existencia de fiebres cuartanas y tercianas en los indios cuando él era el primer europeo que visitaba las tribus y "se refiere al aumento del bazo, el cual crecía lentamente y se producía la muerte cuando llenaba todo el abdomen y alcanzaba las costillas del lado opuesto". Es de notar que nuestros indígenas no usaron productos de las especies de quina existentes en el país. Gumilla tampoco las conocía puesto que trataba las fiebres tercianas y cuartanas con conocimientos de la verbena, que tiene propiedades tónicas, eméticas y febrífugas.

Entre los soldados de la conquista el paludismo cobraba muchas víctimas cuando penetraban en el país en sus incursiones conquistadoras, quedando diezmadas y fracasando muchas de ellas por esta causa. Lo anterior indica que el paludismo existía en América cuando llegó Colón, es decir, que es autóctono. Pero no podemos olvidar que los descubridores y conquistadores venían de una región de Europa, la cuenca del Mediterráneo, donde campeaba el paludismo y lo trajeron a América, como también lo hicieron los negros traídos del África. De modo que nuestro paludismo actual parece tener un triple origen: indígena, negro y europeo.

Indígenas y la llegada de los españoles


Indígenas pescando y posterior llegada de Cristóbal Colón


Negros esclavos en la época de la colonia

Ciclo de vida

Con éste vídeo podrás saber de manera fácil y dinámica cuál es el ciclo de vida de la malaria y qué pasa cuando entra al torrente sanguíneo.

¿Qué es la malaria?

Es una enfermedad parasitaria que involucra fiebres altas, escalofríos, síntomas seudogripales y anemia.

¿Cuál es su causa?
Es causada por un parásito que se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos anofeles infectados. Los parásitos ingresan en el torrente sanguíneo e infectan a los glóbulos rojos, éstos parásitos se multiplican dentro de los glóbulos rojos, los cuales se rompen al cabo de 48 a 72 horas, infectando más glóbulos rojos. 

Mosquito Anopheles



Síntomas



Los primeros síntomas se presentan por lo general de 10 días a 4 semanas después de la infección, aunque pueden aparecer incluso a los 8 días o hasta 1 año después de esta. Los síntomas ocurren en ciclos de 48 a 72 horas.

  • Anemia
  • Heces con sangre
  • Escalofríos, fiebre y sudoración
  • Coma
  • Convulsiones
  • Dolor de cabeza
  • Ictericia
  • Dolor muscular
  • Náuseas y vómitos